Estoy viendo la misma imagen que cuando desde Madrid, a modo jauja, se esparcieron por el país para tomar «unas vaciones con tos (como ellos las llamaban)» . ¿Y qué pasó después? Obvio, no podía pasar otra cosa.
También vi la gente que saqueaba los supermercados, llevándoselo todo sin precaucion, anteponiendo su avaricia a la necesidad e integridad de otros, poniendo en peligro a los trabajadores y a clientes.
Ahora que dejan que los niños den un paseo, hacen como que se encuentran por casualidad: familias, amigos, vecinos; y se ponen a hablar, a jugar al fútbol, a sentarse en las baldosas y en los bancos sin mascarillas ni nada (bueno algunos se la ponen en la calle, se las quitan, las impregnan del posible contagio, las tiran… ). Igual que en China. ¿Qué parte de salir con responsabilidad, precaución y diligencia no han entendido? Cuando llenemos los hospitales de nuevo, tendremos que aplaudir más fuerte a las ocho. Cuando volvamos otra vez a la casilla de salida, a otro mes en casa, contarle a los niños de la irresponsabilidad adulta. No se olviden que no existe vacuna. Yo tengo dos niñas, y han preferido no bajar por prudencia. Yo les he aplaudido. He decidido no bajarlas a la calle, porque prefiero terminar con esto antes de que se alargue otros 40 días, porque quiero volver a trabajar. Todos somos responsables de nuestros hijos. ¿O no? En verdad, no me esperaba menos de nuestro país de chirigota, cachondeo y tardeo. Luego buscad a un culpable, como se hace siempre…
Rafael Belda Ros ❣️
Deja una respuesta