La extinción.
El ser humano se cansó del estado de alarma, del Covid19, del confinamiento, de aguantar tanto extres, de las normas y del gobierno. Y protestó. Entonces se encargó de hacer manifestaciones; de emborracharse en botellones; de correr en bandadas; de saltarse las recomendaciones; de llenar hasta la puerta los bares; de dejar que los niños jugasen a las pelota; de abrazarse en cualquier parte; de reírse de quien llevaba cuidado con el contagio; de juntarse en conciertos en contra de la pandemia. Al final, unos pocos desaparecieron de forma misteriosa, tal vez a puestos a salvo. Los demás, siguieros las mismas pautas de conducta para no desentonar del resto, y se quitaron las mascarillas, tosieron alegremente, se abrazaron en un baño de carne sumidos en la locura que pronto daría sus frutos. Querían un final a toda costa para una historia que se hacía eterna. Creían vencer la pandemia. Pero el virus reapareció por sorpresa, y el final, lo obtuvieron. Así, el ser humano había elegido un final a la historia que fue la propia extinción. ❣️
Tranquilos, es sólo un microrelato de ficción.
©️ Texto: Rafael Belda Ros.
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